Fíjense qué carta de presentación para este Rioja, el motor del proyecto creado por Juan Bautista García es la siguiente cuestión, “¿Qué hace falta que les ofrezcamos para que entiendan (las nuevas generaciones de consumidores) y disfruten de esta cultura (del vino se refiere, obviamente?”. La respuesta... Encontrar un vino que gustara y que atrajera, que dejara disfrutar a sus consumidores, que le gustara a él y que le permitiera vivir de su pasión, el cultivo de sus viñas y la elaboración de sus vinos.
Y aquí está, la materialización del proyecto...
SEIS de Bodegas Paco García. Pero el proyecto no solo se plasma en el producto, sino también en su original etiqueta: la huella de la mano del enólogo, que refleja el esfuerzo, la mano del hombre para hornear lo que da la naturaleza y la artesanía en la elaboración.
Con esta tarjeta de presentación solo queda descorchar la botella y disfrutar, porque sinceramente eso es lo que nos ha ocurrido con este vino lo hemos disfrutado muchísimo.
Monovarietal de tempranillo, como no podía ser de otro modo para un vino de la D. O. Ca. Rioja (pero que de clásico tiene poco), este vino en añada 2015 es fruto de las cepas de la Finca del Seis tras 6 meses de paso por barrica de roble francés.
Al descorchar la botella nos encontramos un vino de color picota maduro-mora con claros tonos cardenalicios que denotan cierta juventud en él, que después demostrará en sus características olfativas y gustativas. Ribete violáceo con capa media-alta, limpio y muy brillante.¡¡ Fliiipas!!
Su intensidad aromática es brutal, muy muy franco, directo e intenso con frutos rojos, con fondo de violeta (a esos caramelos con forma de flor y sabor a violeta de nuestra infancia, ¡a eso!) y sutiles tostados... No se puede pedir más a un vino de esta juventud. Nos recuerda un poco a un vino de maceración carbónica, donde se conserva mucho mucho los aromas de frutas pero en este caso mucho más sutil y domado, con una explosividad mucha más natural que en aquellos casos.
En la boca ya la cosa se pone definitivamente genial, buena entrada, fresco, con taninos agradables y
algo golosos con notas de caramelo, acidez muy controlada (que en vinos tan jóvenes a veces nos da miedo). Y dos remates finales, como deben ser, vino largo y retronasal algo balsámico, muy muy agradable. Esas son nuestras apreciaciones sensoriales objetivas, pero lo que diferencia los vinos que a nosotros nos gustan de los que no, no es esto, sino lo que despierta en el alma (totalmente subjetivo) y este vino nos ha elevado el alma hasta un punto de felicidad inefable, quizá esa felicidad nos la da también la recuperación física y definitiva de uno de los autores de este blog, que ha estado algo pachucho y hemos decidido alegrarnos la vida con este vino.
De todos modos este análisis sobra. Porque basta con dar la vuelta a la botella y estudiar el diagrama que nos presenta la bodega donde se describe el vino de forma muy gráfica y acertada.
Por último, solo nos cabe decir que ¡¡vivan los riojas modernos y frutales, coño!! que cuando salen así... los riojas son difíciles de batir. Entonces en honor a todo lo dicho anteriormente hemos de otorgar los nada despreciables 84 BLL a este Paco Gacría SEIS 2015.
Barrica Llena
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