Bodega familiar, cuyo autor Manuel Manzaneque, quiso
volver a sus raíces y fundó su propia bodega. Con la vocación de crear
un producto exclusivo de primerísima calidad, tras largos años de
análisis de tierras, microclima y variedades de viñedo, emplazó la
bodega en la Finca Élez. Situada en El Bonillo (Albacete) muy cerca del epicentro del terremoto que azotó la zona a primeros de año (aunque sabemos por información directa de responsables de la bodega que no sufrió daño alguno), tierra de sabinas,
romeros y tomillos, con un microclima privilegiado gracias a la altitud
(1.080 m de altura) y a la importante variación térmica (más de 20
grados) entre el día y la noche en el periodo de maduración, sus
variedades cuidadosamente elegidas para el terreno dan lo mejor que hay
en ellas. Obteniendo vinos personales y diferentes lo que les ha llevado
a conseguir la primera Denominación de Origen Exclusiva de España: D.O.
Finca Elez, exclusiva para sus viñedos y bodega, un acontecimiento
sin precedente.
Es un vino de pago, y retamos a todos aquellos que ponen en tela de juicio la calidad y exclusividad de estos vinos a que lo pruebe y disfrute como un enano, elaborado con las variedades Cabernet Sauvignon, Merlot y Tempranillo que han permanecido 10 meses de excelente crianza en barrica que han hecho de él uno de los vinos más exclusivos y personales que hemos tenido el honor de beber en los últimos tiempos.
Es un vino que en copa parada presenta un color picota negra muy madura con corazón negro, justo los que más emociona a Barrica Llena al ver una copa de vino. Esta carta de presentación ya nos indica que nos vamos a encontrar con un vino con cuerpo y poderío, lo cual nos pone a mil...
Ribete granate como no podía ser de otra forma, estamos hablando de un vino de 2005, nada más y nada menos, donde su paso por madera y botella se deja notar ya visualmente. Es decir, es un vino franco, no oculta lo que llevo dentro.
Agitamos la copa y la acercamos a la nariz y... a flipar. Hay de todo y muy potente, como nos gusta, frutos negros y rojos muy maduros, con la oxigenación arrancan los aromas terciarios a maderas nobles tostadas y especiados. ¡Dios, qué regalo!
Y como no podía ser de otra forma en boca llega el clímax total. Un vino que llena, taninos muy muy domados y pulidos, equilibrado con una intensidad fruta madura/madera impecable.
Final muy largo y retrogusto a ciruelas negras maduras. ¡Qué más se puede pedir!
Queda por tanto justificado, bajo nuestro humilde criterio, que esta elaboración pertenezca a ese selecto grupo de los Grandes Pagos de España, por su exclusividad, personalidad y extremada calidad.
No queda otra opción que otorgar a este vino irrepetible, por varios motivos, una calificación de 90 BLL, sobresaliente.
Barrica Llena