Álvaro Palacios, el rey Midas, todo lo que toca lo convierte en oro. Pues sí, así es y lo avalan muchos ejemplos y uno de ellos es este Camins del Priorat 2013 D. O. Q. Priorat. Elaborado con cuatro variedades como son la garnacha, cariñena, cabernet sauvignon y syrah y una estancia de 8 meses en barrica de roble francés.
Muchos dicen que es un vino comercial, hecho para gustar y que refleja poco la tradición del Priorato. Pues tenemos que decir que en lo primero, que es un vino para gustar, estamos de acuerdo (nos encantó) y en lo segundo... Sin comentarios, la envidia es muy mala.
Llama mucho la atención su etiqueta y por ese motivo fue el candidato para una cena romántica del día de san Valentín, cita en que no se puede fallar. Y que mejor que regalarle a una mujer que una flor.
Nada más servirlo, en esta ocasión en una copa borgoñona, se aprecia su color picota con capa media-alta y ribete granate. Es un vino limpio, brillante (síntomas de buena calidad) y con una gran cantidad de lágrima densa.
En nariz, las primeras sensaciones son muy furtales, destacando la cereza, frutas maduras y especias. Al oxigenarse van apareciendo notas de chocolate.
En boca es un vino potente, amplio, con buena acidez que lo hace muy fresco, con taninos golosos integrados a la perfección con la fruta que caracteriza su olor.
Es un vino muy muy recomendable para descubrir la D.O.Q. Priorat, que no es sencilla de encontrar por Madrid, principalmente en la restauración.
Hemos considerado justo, apropiado y merecedor de 89 BLL. Gran vino.
Barrica Llena
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