Seguramente, éste sea uno de los mejores vinos que hemos tomado en el 2014, desde luego ha sido nuestro gran descubrimiento del año. Nos ha encantado y sorprendido.
Tuvimos la gran suerte de conocer este vino en el II Salón de las Bodegas del siglo XXI celebrado en noviembre en Madrid y nos impresionó tanto que decimos incorporarlo a nuestra bodega particular.
Vino elaborado por Bodegas Atalaya (grupo Gil Family Estates) de Almansa (Albacete) en la D. O. Almansa, presenta un coupage muy muy sugerente: 85% garnacha tintorera y 15% monastrell con nada más nada menos que una crianza de 12 meses de barrica de roble francés ;-).
Nada más servirlo es un espectáculo, la garnacha tintorera se expresa al máximo dando un color picota madura intenso de capa muy alta que tiñe el vidrio haciéndolo purpúreo. Prestad atención, puesto que si esta variedad es capaz de teñir el vidrio, imaginaos lo que puede hacer con el blanco esmalte de nuestros dientes. Recordad que esta es la única uva cuyo mosto es tinto, de lo cual recibe su nombre.
La nariz no puede ser más seductora distinguiéndose frutas muy maduras, zarzamoras, alguna hierba aromática y tostados procedentes de su estancia en madera. Estaríamos horas oliéndolo.
Y por último, llega el gran festival... El primer sorbo es embriagador, sorprendente, potente, fresco y muy orignal. Muy carnoso, como los vinos que más nos atraen, con taninos notables de fruta y con un final largo y agradable en boca.
Pudimos disfrutar de él tranquilamente en casa con 8 amigos y a todo el mundo le sorprendió, gustó y valoró muy positivamente.
Creemos que es un vino imprescindible que no os dejará indiferentes. Consideramos justo otorgarle 93 BLL.
Barrica Llena
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