domingo, 22 de febrero de 2015

Piedra 2011 Tinto roble

Vaya por delante, ante todo, que somos grandes amantes de la bodega que elabora este vino, Estancia Piedra, a la que tuvimos el gusto de conocer, junto a sus encantadores representantes (un saludo para ellos), en el II Salón de las Bodegas del Siglo XXI de noviembre pasado y de la D. O. Toro (que en los últimos años ha sabido ganarse el mercado nacional con vinos modernos, tan potentes y sabrosos como frutales, lo que ha hecho dejar atrás esa imagen de vino rudo y áspero de antaño, no como otras D.O. que no han sabido hacerlo).




Aquella tarde quedamos impresionados con sus vinos, nos ofrecieron muy amablemente a catar, y así lo hicimos, una amplia gama, desde Piedra roble 2011 (el que ahora nos ocupa), pasando por Piedra joven 2013, Piedra crianza 2010 y su gran Lagarona 2008 y, hemos de decir con total sinceridad, nos encantaron, nos supieron a fruta pura, equilibrados, domados, vamos que desde ese día Estancia Piedra formó parte de nuestra colección de bodegas a tener en cuenta. Pero, sin embargo, y muy a nuestro pesar el vino que analizamos ahora tiene algún problema que a continuación explicaremos.

Este roble 2011 de Estancia Piedra es un coupage al 90% Tinta de Toro y 10% Garnacha tinta con 6 meses en barrica y 12 en botella (buen curriculum).

A la vista tiene un color picota con ribete granate (algo poco característico en un vino de 6 meses de crianza), capa alta y glicérico (lágrima abundante y densa).

En copa parada y nada más servirlo ofrece aromas muy muy fugaces a lácteos que se pierden en un abrir y cerrar de ojos, ¡lástima!, aparecen también especias (clavo, pimienta) y lo que más nos llamó la atención es que cuesta encontrar la fruta, lo que no nos ocurrió el día del II Salón.

Una vez en la boca, es un vino bastante ácido, con toques de pimienta, algo salino, se puede detectar algo de fruta pero muy sutil y de recorrido corto. Nos dio la sensación de que estaba falto de equilibrio, no se encuentra la fruta, sobresale la acidez...

Con los datos expuestos (ribete granate, bastante acidez, y dificultad para encontrar la fruta), y nuestro recuerdo anterior del II Salón de Bodegas del Siglo XXI, algo nos hace sospechar que bien esta botella en concreto o la añada ya en general ha superado su momento clímax de consumo y presenta señales incipientes de declive.


Por estos motivos, y para nuestra sorpresa, creemos que esta botella en concreto se merece una calificación más baja de lo esperada (y de la que se merece la bodega) y le otorgamos 66 BLL.


Barrica Llena


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